Hércules y los trabajos de la banca

Cuando era una niña mi padre me contaba, al llevarme al colegio, no los cuentos infantiles clásicos, sino leyendas mitológicas. Ahora soy yo quien se las cuento a mis hijos. Así, el otro día les explicaba a Sofía y Juan que Hércules era un héroe conocido por su fuerza y su valor, que cometió un grave delito el cual tuvo que purgar por orden del oráculo de Delfos, convirtiéndose en sirviente del rey de Micenas; quien le impuso doce difíciles pruebas, las conocidas como “Los Trabajos de Hércules”.

Mientras repasaba con mis hijos los diferentes “trabajos”, hubo dos que me recordaron particularmente los desafíos que tiene por delante el sector financiero mundial en los que, ideas como la reciente del “Bad Bank”, florecerán a millones. El primero de los trabajos de Hércules fue la muerte de la hidra, el monstruo de nueve cabezas. Una de ellas era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. ¿Verdad que se parece mucho a la crisis financiera? Es increíble la sucesión de eventos a la que hemos asistido en los últimos 18 meses y cada vez que la situación parece estabilizarse surge un nuevo sobresalto, como la nacionalización, en los últimos 100 días, de parte de la banca en Reino Unido, Alemania, Irlanda y Benelux; o las sorpresas del Deutsche, Citi y Bank of América.

Aunque coincidentes en el tiempo, responden a diferentes problemas. Las pérdidas del Deutsche, en este sentido, son más “corrientes”: el clásico esquema de pérdidas por Trading y aumento de provisiones –junto al ajuste del fondo de comercio que dará disgustos a más de uno en el cierre de 2008-. En el caso del desmembramiento de Citigroup, se enmarca dentro de las “víctimas colaterales” de la crisis: los modelos de negocio. El primero en caer fue la banca al por menor sin base de depósitos (Northern Rock), después la banca de inversión independiente, reconvertida a banca comercial y, ahora es el turno del “supermercado financiero global”: es verdad que el tamaño importa, pero a diferencia de lo que suele predicarse, se puede ser demasiado grande para ser viable (Citigroup, más de 18.000$ millones de pérdidas en 2008). Finalmente, las pérdidas acumuladas por Bank of America, derivadas de la absorción de Merrill (15.300$ millones en el trimestre)  han obligado a éste a recurrir de nuevo al gobierno americano y nos deja una inquietante pregunta en el aire: ¿quién va a salvar a los salvadores?

La economía no podrá empezar a recuperarse hasta que lo haga el sector financiero y hasta ahora las medidas aplicadas han evitado el colapso del sistema financiero (no es poca cosa) pero no han conseguido que se reactive. Es vital encontrar la antorcha con la que, al igual que Hércules quemó cada cuello mortal para impedir que crecieran las dos cabezas, se neutralice la crisis y se estabilicen los mercados.

Esto me lleva a otra famosa prueba de Hércules que consistió en limpiar en un día la suciedad acumulada durante treinta años por miles de rebaños en los establos de Augías. Para ello Hércules abrió un canal que atravesaba los establos y desvió por él el cauce de dos ríos que arrastraron la suciedad.

Desde mi punto de vista, probablemente la iniciativa que, a la postre, se podría revelar como más eficaz es la que está valorando EEUU para hacer frente a la segunda fase de rescates: la creación de un “bad bank”: una sociedad donde se pueden acumular los activos tóxicos de bancos solventes y donde participan tanto el Estado como los propios bancos. Con ello, se podría restablecer la confianza en los balances de los bancos y conseguir: que el capital privado regrese para tomar el lugar que ahora ocupa el dinero público, los bancos continúen con su actividad normal y la economía pueda empezar a vislumbrar su recuperación.

Sin duda, algún día se llegará a este “final feliz”, la duda está en cuánto tardaremos en conseguirlo. Esto dependerá en buena parte de la inteligencia y el coraje de los diferentes gobiernos y de su capacidad para liderar a sus respectivas sociedades en la superación de este extraordinario desafío.

Publicado por primera vez en Expansión el 30 de enero de 2009

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